Su aroma a flor de almendro, envuelve el espacio, con una fragancia delicada y luminosa. Notas suaves, ligeramente dulces y frescas que evocan los primeros días de la primavera, cuando los almendros florecen y perfuman el aire con su elegancia natural.
La mecha de madera, aporta un crepitar sutil que suma calidez y serenidad a cada momento.
Cada vela se presenta en un vaso único de barro cocido a alta temperatura, esmaltado y salpicado en un profundo azul noche. Una vez consumida la vela, el vaso continua su historia como una pieza artesanal perfecta para disfrutar de tu bebida favorita.
Un objeto, dos vidas, un aroma que permanece.






